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Metodología OKR para hacer crecer tu negocio

24 junio 2021

Llega un momento en toda empresa en la que es necesario comprobar si los objetivos establecidos se están cumpliendo según las previsiones, como, por ejemplo, aumentar las ventas de un determinado producto, aumentar las visitas al ecommerce, reducir el número de devoluciones o disminuir la tasa de abandono del carrito. 

En la actualidad existen numerosas herramientas que ofrecen una serie de indicadores para comprobar el estado del negocio o de un determinado objetivo: porcentaje de ventas, visitas a la página, número de compras de un determinado producto y un largo etcétera. Por así decirlo, nos encontrábamos ante unos datos conocidos como KPIs (Key performance Indicators), generalmente expresados en porcentajes, que se obtenían de forma pasiva y que posteriormente servían para ajustar la estrategia. 

¿Existe una forma activa de mejorar los resultados? La respuesta la encontramos casi a finales de los años 90 cuando su creador, John Doerr, propuso a los fundadores de Google una nueva metodología conocida como OKR. Y si a ellos les funcionó, vale la pena probarlo.

¿Qué son los OKR?

Esta metodología proviene del término inglés Objetives and Key Results, que traducido al español se conocen como Objetivos y Resultados Clave. Consiste en establecer una serie de objetivos y resultados medibles y alineados con la estrategia de la empresa.

Veámoslo con un ejemplo. Si uno de los objetivos (O) que se quiere conseguir es el de aumentar el número de compras en el ecommerce, los resultados clave podrían ser, por ejemplo, lanzar un producto nuevo de forma mensual (KR1), reducir las devoluciones un 5% (KR2) y enviar una tarjeta de regalo a los clientes más fieles mensualmente (KR3). Por lo tanto, para llegar al objetivo es necesario alcanzar los resultados clave para conseguirlo.

ORK y KPI no son lo mismo, pero se complementan

Por regla general, cuando se quiere comprobar el desempeño de un negocio, muchas de las herramientas que se utilizan hoy en día ofrecen datos recogidos de forma automática (KPI). Sin embargo, la implementación de una estrategia OKR va más allá, ya que va a marcar el camino para conseguirlo.

A pesar de que existen diferencias entre ambos términos, son complementarios y deben trabajarse conjuntamente. Siguiendo el hilo con el ejemplo anterior, si marcas el objetivo de aumentar las compras en tu ecommerce, un KPI puede indicar que las ventas mensuales cayeron un 10% por lo que habría que llevar a cabo una serie de ajustes para mejorarlo. En este caso, gracias a ese indicador, será necesario establecer una serie de resultados clave para evitar ese descenso como dar más visibilidad a los productos más vendidos y enviar cupones de descuento que ayudarán a aumentar las ventas.

Como podemos ver, gracias a las métricas mensuales de ventas (KPIs), podemos determinar una serie de tareas enfocadas (KRs) en alcanzar el objetivo establecido (O) y evitar esos resultados negativos.

Cómo implementar los OKR en tu negocio

Aunque pueda parecer una tarea difícil, aconsejamos comenzar por implementar una serie de OKRs simples y, poco a poco, ir convirtiéndolas en más específicas.

  1. El primer paso que se debe llevar a cabo es establecer unos objetivos alcanzables y medibles. Los expertos recomiendan comenzar con pocos objetivos genéricos y a medida que se vayan alcanzando, incluir algunos más específicos. En este primer paso, lo ideal es que participe cualquier persona involucrada en el negocio para obtener una visión más amplia de qué se necesita y qué se puede mejorar. Al fin y al cabo, todos estarán involucrados en el proceso para obtener mejores resultados.
  2. Tras un proceso de selección de los objetivos principales, se deberán detallar de entre 3 a 5 Key Results (KR) por cada objetivo. Éstos, como comentábamos anteriormente, deben estar alineados tanto con la estrategia de la empresa como con el objetivo que se pretende alcanzar. 
  3. Una vez determinados los OKR, es importante realizar una revisión entre todos los involucrados para realizar posibles cambios y realizar un correcto reparto de tareas, para organizar el trabajo y para que cada uno sepa en qué parte tiene que trabajar. 
  4. Para finalizar, se recomienda establecer un período de revisión de objetivos y resultados clave para comprobar el estado de las tareas. Algunas empresas utilizan un sistema de puntuación por cada Key Result (KR) y de esta forma sabrán en qué parcela deberán concentrar más sus esfuerzos para conseguir los objetivos.

Los beneficios de los OKR

Uno de los mayores beneficios que aporta esta metodología de trabajo es que ayuda a organizar las tareas que se tienen que llevar a cabo. Cada empleado sabrá con antelación dónde tiene que realizar su mayor esfuerzo y, poco a poco, podrán ir comprobando los resultados obtenidos.

Además, ya que todos los involucrados sabrán qué tienen que hacer, fomenta el dinamismo y el trabajo en equipo para alcanzar las metas establecidas. A medida que los resultados clave van completándose, se podrá redefinir la estrategia seguida para garantizar el éxito del negocio. 

Sin duda, nos encontramos ante una forma de gestión interna que permite definir unos objetivos comunes empresariales abarcando tanto el desempeño de este como el de los empleados, permitiendo adaptar las estrategias seguidas en función de los resultados conseguidos. 

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